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Cáncer de Próstata: Prostatectomía Radical por Laparoscopia

La prostatectomía Radical mediante laparoscopia es una técnica quirúrgica que se utiliza para extirpar un tumor de próstata localizado en el interior de la glándula, o para extirpar la próstata por completo.

El cáncer de próstata es un tumor maligno que crece generalmente en la parte externa y posterior de la glándula. A medida que el cáncer crece se extiende hacia el interior y hacia el exterior de la próstata.  Para saber si el tumor se ha extendido fuera de la próstata, se le realizarán pruebas como una tomografía computarizada (TAC), una gammagrafía ósea, una radiografía de tórax, etc. 

Si no hay sospecha de que el tumor esté extendido, el paciente puede ser curado realizando un tratamiento radical que consiste en uno de los siguientes: cirugía para extirpar la próstata, las vesículas seminales y los ganglios linfáticos (prostatectomía radical) o radioterapia ya sea externa o con agujas radiactivas que se colocan en el interior de la próstata (braquiterapia). 

El cáncer se puede manifestar mediante alteraciones en la función de orinar, dolor frecuente en la parte baja de la espalda, tener una vida sexual problemática e incluso expulsar sangre en la orina o en el semen.  No obstante, estas alteraciones físicas no siempre implican la existencia de cáncer.

Beneficios de la intervención

El abordaje laparoscópico evita la incisión en la línea media de la parte baja del abdomen, reduciendo riesgos y molestias propias de la cirugía abierta por lo que la recuperación para la vida normal es más fácil, rápida y requiere un ingreso más corto.

Descripción técnico-médica

La prostatectomía radical mediante laparoscopia es una técnica quirúrgica innovadora que mediante el uso de un laparoscopio (un telescopio diminuto) permite abordar el cáncer de próstata a través de 5 pequeñas incisiones en el abdomen.

Durante la intervención quirúrgica, la glándula prostática es separada de la vejiga y de la uretra y posteriormente estas estructuras son nuevamente unidas. La próstata es extraída a través de una de las incisiones utilizadas previamente, habitualmente es necesario abrir un poco esta pequeña incisión (3-6 cm) dependiendo del tamaño de la próstata.

La intervención

La intervención se realiza con anestesia general y tiene una duración aproximada de 2 a 4 horas, dependiendo de las características de cada paciente, como el tamaño de la próstata, la forma de la pelvis, el peso del paciente o cirugías previas en el abdomen o la pelvis. 

La cirugía consiste en la introducción de un laparoscopio conectado a una cámara especial a través de una cánula, que permite al cirujano tener una imagen magnificada de los órganos internos del paciente en una pantalla de televisión. A continuación se procede a la extirpación de la próstata, las vesículas seminales y los ganglios de la pelvis (obturatrices de ambos lados). Posteriormente, se realiza la unión entre la vejiga y la uretra con puntos de sutura. 

El tiempo de estancia hospitalaria es aproximadamente de 3 a 5 días.

Medidas pre-operatorias

  • Estudio detallado de su historial médico para decidir los detalles de su intervención.
  • Realización de analítica sanguínea, evaluación médica, radiografía de tórax y electrocardiograma.
  • No debe tomar alimentos sólidos ni líquidos durante las 6 horas anteriores a la intervención.
  • Debe mantener relaciones sexuales los 2 días previos a la intervención, con el fin de que se vacíen las vesículas seminales, lo cual facilita en mucho la operación.
  • Debe realizarse una limpieza intestinal previamente a la intervención, bien mediante enemas (lavativas) o bien mediante soluciones osmóticas que se ingieren por boca.

Cuidados post-operatorios

  • Durante la operación se le colocará una sonda que se le mantendrá entre 10 y 21 días, por lo que se le dará el alta con ella. Antes de retirársela, se le realizará una cistografía retrógrada para comprobar que la unión uretra-vejiga ha cicatrizado correctamente y que no existe salida de líquido fuera de la vejiga. Dos días antes de retirar la sonda y tres días después se deberán tomar antibióticos para evitar la aparición de infección de orina.
  • Se le aplicará un tratamiento anticoagulante durante 15 días tras la operación.
  • Deberá practicar ejercicios para la recuperación de la continencia de la orina. Siga las instrucciones de su médico al respecto.
  • Se le aplicarán medidas de protección contra los escapes de orina hasta que logre recuperar la continencia.

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